Los docentes y demás trabajadores en centros educativos declarados especialmente sensibles frente a la COVID-19 no disponen de los medios suficientes para poder trabajar de manera segura en un centro educativo, por lo que UGT exige medidas específicas para proteger a estos trabajadores.
FeSP UGT CLM denuncia que los trabajadores docentes y no docentes de centros educativos que son considerados como especialmente sensibles frente a la COVID-19 no tienen los medios suficientes para trabajar de manera segura en los centros educativos, espacios de alto riesgo del virus. El sindicato exige medidas específicas para este colectivo como aislarles del contacto con el alumnado, evitarles contactos con el resto del equipo docente, flexibilizar su jornada laboral, dotarles de los equipos de protección individual indicados para cada una de sus dolencias e instarles a teletrabajar siempre que sea posible.
UGT exige a la Consejería de Educación que ponga en vigor y haga público antes del comienzo de las clases el 9 de septiembre un protocolo a seguir por todos los trabajadores de los centros educativos que formen parte del colectivo de especial vulnerabilidad para poder protegerlos de la mejor manera posible frente al coronavirus.
Cabe recordar que las personas consideradas de riesgo frente a la COVID-19 por el Ministerio de Sanidad son las que tienen enfermedades cardiovasculares, incluida hipertensión; enfermedades pulmonares crónicas; diabetes; insuficiencia renal crónica; inmunodepresión; cáncer en fase de tratamiento activo; enfermedad hepática crónica severa; obesidad mórbida (IMC>40); embarazo y todos los mayores de 60 años. Consideración hecha con la evidencia científica disponible a fecha 2 de junio de 2020 (Información científica‐técnica sobre el COVID‐19, del Ministerio de Sanidad; ECDC; CDC).
Manuel Amigo, responsable del sector de Enseñanza de FeSP UGT CLM, alerta de que “estos trabajadores están en riesgo, en pleno momento de planificación y elaboración de horarios no tenemos criterios claros para posibilitar las adaptaciones del puesto de trabajo que se pudieran adoptar y que influirían en el reparto de grupos, horas complementarias, distribución de la jornada en turno de mañana, etc”. Amigo considera que los centros educativos, en su funcionamiento tradicional, son la antítesis de lo que las autoridades sanitarias exigen para contrarrestar los contagios, más entre las personas especialmente vulnerables. “Va a ser difícil mantener una actividad fundamental, como es la actividad educativa presencial en los centros, con una mínima normalidad sanitaria, educativa y social, mientras que la pandemia siga en crecimiento, por lo que hay que aplicar urgentemente medidas para proteger a todos los trabajadores si buscamos una mínima estabilidad”.