Castilla-La Mancha y Cataluña, las comunidades autónomas con las tasas anuales de inflación más altas en mayo

El índice de precios de consumo (IPC) se situó en mayo en el 2,1 por ciento interanual, un punto más que en abril, y las tasas más altas de inflación se han registrado en Castilla-La Mancha y Cataluña, con el 2,4 y el 2,3 por ciento.

Según los datos que publica hoy el Instituto Nacional de Estadística (INE), en tasa mensual, el IPC registró en mayo un ascenso del 0,9 por ciento, una décima más que en abril, debido fundamentalmente al encarecimiento de los carburantes y lubricantes, y en menor medida por la subida del precio de la electricidad.

Por comunidades autónomas y en tasa interanual, respecto a mayo de 2017, además de Castilla-La Mancha y Cataluña, las tasas más altas se han registrado en Aragón, Baleares, Cantabria, Castilla y León, Comunidad Valenciana y Navarra, todas ellas con el 2,1 por ciento.

Por contra, las tasas de inflación más bajas en términos interanuales se dieron en Murcia, 1,6 por ciento, y Canarias, 1,7 por ciento, además de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, 0,7 y 1,5 por ciento, respectivamente.

Con el 2 por ciento se han situado Andalucía, Asturias, Galicia, Madrid y País Vasco mientras que tasas anuales del 1,8 por ciento se han dado en Extremadura y La Rioja.

Si se compara la tasa anual de mayo respecto a la tasa anual de abril de este año, el aumento se da en casi todas las comunidades si bien los mayores incrementos se producen en Asturias, Navarra y Castilla-La Mancha, con subidas de 1,3 puntos en el primer caso y 1,2 puntos en las otras dos.

Por su parte y en esta comparativa, Canarias es la comunidad donde menos aumenta la tasa anual con una subida de seis décimas seguida por Galicia y Extremadura, donde aumenta ocho décimas.

Ante esta subida de precios, UGT considera prioritario que «los salarios deben crecer más porque es de justicia social», máxime cuando el salario más frecuente en España no alcanza los 1.000 euros.

«Los precios seguirán subiendo y es necesario garantizar que los salarios no perderán poder de compra». Por eso «hay que asegurar, en la negociación colectiva, que los sueldos no crezcan menos que la inflación, que recuperen parte del poder de compra perdido en los años anteriores, y que, allí donde sea posible, en función de la productividad generada, los sueldos crezcan más.

UGT reclama un salario mínimo de convenio de 1.000 euros, y cláusulas de garantía salarial que aseguren el poder adquisitivo frente a la subida de los precios. Por último, el sindicato llama al nuevo Gobierno a reorientar la política económica y revertir la reforma laboral.

 

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