Los trabajadores de Siemens Gamesa levantan una gran hoguera a las puertas de su factoría en Cuenca

Protesta de los trabajadores de Siemens Gamesa a las puertas de la factoría de Cuenca.

La mesa de negociación de los ERE, donde están la empresa y los sindicatos, termina el jueves 18 de febrero el periodo de consultas sin que Siemens Gamesa haya atendido ninguna propuesta para revertir los cierres

Los trabajadores de Siemens Gamesa han levantado hoy miércoles una gran hoguera a las puertas de la factoría de Cuenca, un acto de protesta que se produce un día antes de que termine el periodo de negociación del ERE presentado por la multinacional y que representa el despido de 266 personas, 51 de ellas en la fábrica conquense y el resto en la planta de Somozas (La Coruña).

Tanto Comisiones Obreras como UGT han pedido en reiteradas ocasiones a Siemens Gamesa la retirada de este Expediente de Regulación de Empleo, máxime cuando sus resultados financieros arrojan multimillonarios beneficios económicos.

Protesta de los trabajadores de Siemens Gamesa a las puertas de la factoría de Cuenca.

Los sindicatos tachan de “avariciosa” la actitud de la empresa y resaltan la falta de ejemplo y de responsabilidad en una época tan complicada como la actual.

Por ello piden a las diferentes administraciones públicas y partidos políticos su implicación real en buscar una solución para evitar “tan terrible pérdida de empleo” en una ciudad duramente castigada por la poca industrialización que tiene y las consecuencias que esta decisión tendría.

Protesta de los trabajadores de Siemens Gamesa a las puertas de la factoría de Cuenca.

El pasado lunes 11 de enero la dirección de la empresa anunciaba la decisión de continuar deslocalizando su producción de fabricación de palas eólicas hacia Portugal. Así, a los cierres que ya tuvieron lugar en 2018 en Miranda de Ebro (Burgos) y en 2020 en Aoiz (Navarra), ahora se sumarían los de las fábricas de Somozas (Galicia) y Cuenca.

Tanto UGT-FICA CLM como CCOO Federación de Industria CLM critican duramente lo que consideran una estrategia de desmantelamiento y deslocalización de la producción en España, cuyo objetivo no es otro que trasladar los centros de producción a Portugal y continuar trabajando con mano de obra más barata para luego importar las palas a España.

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