La plantilla de Crisnova rechaza por amplia mayoría la propuesta de la empresa para la firma del convenio y abre la puerta a paros y movilizaciones

La plantilla de Crisnova Vidrio (grupo Vidrala) en Caudete ha rechazado por amplia mayoría la propuesta presentada por la empresa para la firma del convenio colectivo, un convenio colectivo que caducó el 31 de diciembre de 2019 y en el que la dirección quiere introducir rebajas salariales en las nóminas de sus cerca de 300 trabajadores y trabajadoras.

La pasada semana el 95,5% de los trabajadores y trabajadoras que acudieron a la asamblea convocada por el Comité de Empresa (esta asamblea reunió al 83% de la plantilla) votó “no” a la propuesta planteada por la empresa y “sí” a abrir la puerta a posibles paros y movilizaciones.

El Comité de Empresa –integrado por UGT, CCOO y USO- ha rechazado de manera prácticamente unánime los recortes salariales que pretende la dirección.

Antonio Tomás (UGT), presidente de este Comité de Empresa, explicaba que, en su oferta, la dirección quiere acabar con el plus de beneficios para las nuevas incorporaciones, lo que supondría una bajada de sueldos de en torno al 5,5% para los nuevos trabajadores y trabajadoras. “Pero además quiere cambiar la forma de calcular la prima de producción, lo que representaría otra rebaja salarial, en este caso, para toda la plantilla”.

Recuerda igualmente que los trabajadores y trabajadoras de esta planta de Caudete ya cobran un 20% menos que los de las otras factorías de Crisnova Vidrio en otros puntos del país.

Otro de los aspectos que hace inviable el acuerdo es que la empresa quiere que el nuevo convenio colectivo tenga una vigencia de 8 años, una vigencia excesivamente elevada que los sindicatos no están dispuestos a aceptar.

El Comité de Empresa denuncia que la dirección de Crisnova Vidrio no tiene una verdadera voluntad de llegar a acuerdo; “lo único que quieren es imponer sus condiciones”. Lamenta que -después de 32 años de vida de la empresa en Caudete- los trabajadores se hayan visto obligados a convocar paros y huelgas por primera vez.

De llegar a materializarse las acciones de protesta –cuya convocatoria está a expensas de la próxima reunión que tienen sindicatos y empresa el jueves 28 de octubre-, no sería la primera vez que la plantilla sale a la calle para concentrarse por el empeoramiento de sus condiciones. Ya lo hizo en junio de este año, si bien en esta ocasión –además de movilizaciones- también se ha puesto encima de la mesa la posibilidad de hacer paros y huelgas.

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